Masaje prenatal: beneficios y riesgos reales para embarazadas

¿Te preguntas si vale la pena un masaje prenatal? No eres la única. Cuando el cuerpo empieza a cambiar, aparecen dolores en la espalda, piernas hinchadas y noches de insomnio. Aquí es donde el masaje para embarazadas se vuelve tentador: promete alivio y un momento solo para ti. Lo curioso es que, bien hecho, puede ser bastante seguro y útil desde el segundo trimestre.

La clave está en la persona que te atiende. Busca a alguien especializado en embarazadas. No todo el mundo domina las técnicas seguras para cuerpos gestantes. Un dato importante: hay posiciones y zonas que no se deben tocar. Por ejemplo, no deberían acostarte boca arriba si ya tienes barriga porque puede afectar tu circulación.

• ¿Qué es el masaje prenatal y por qué hacerlo?
• Beneficios demostrados para cuerpo y mente
• Riesgos y precauciones: lo que nadie te cuenta
• Trucos y recomendaciones para una experiencia segura

¿Qué es el masaje prenatal y por qué hacerlo?

El masaje prenatal es una técnica adaptada para embarazadas, pensada tanto para aliviar molestias como para relajar cuerpo y mente. No es lo mismo que un masaje tradicional: aquí se cuidan la postura, las zonas que se trabajan y la intensidad para no poner en riesgo a la madre ni al bebé.

¿Para qué sirve exactamente? Principalmente ayuda con dolores de lumbares, piernas hinchadas y tensión en los hombros, que son súper frecuentes durante la gestación. Pensando en la ansiedad, también puede disminuir el estrés y mejorar el humor, porque tocar libera oxitocina. Y, ojo, algunos estudios señalan una mejora en la calidad del sueño y menos molestias digestivas.

Si nunca has probado uno, esto es lo básico que tienes que saber:

• Se realiza con aceites neutros, sin olores fuertes para evitar náuseas.
• La práctica más segura es en posición lateral (de lado) o semisentada.
• Las sesiones suelen durar entre 50 minutos y una hora.

Veamos algunos datos actuales sobre por qué las embarazadas buscan este tipo de masaje:

Bastantes matronas y fisioterapeutas recomiendan el masaje prenatal desde el segundo trimestre en adelante, sobre todo cuando el cuerpo empieza a notar el peso y los cambios hormonales. Es una forma segura y natural de cuidarse si se hace con alguien que entienda de embarazo. La clave es preguntar primero al ginecólogo, sobre todo si hay riesgo de parto prematuro o problemas médicos previos.

Beneficios demostrados para cuerpo y mente

Hay estudios que confirman que el masaje prenatal ayuda a reducir dolores musculares, sobre todo en la espalda baja y las piernas. Entre las embarazadas que reciben este tipo de masaje, muchas reportan menos molestias por retención de líquidos y calambres. Eso sí, los efectos positivos no solo son físicos.

Por ejemplo, en un estudio de 2022 publicado por la Universidad Complutense de Madrid, las mujeres embarazadas que recibieron masajes semanales notaron menos ansiedad y mejor sueño a partir de la cuarta semana. Menos estrés = mejores defensas y menos riesgo de complicaciones.

Un punto importante que señalan las matronas: el masaje ayuda a que el cuerpo libere endorfinas y serotonina, esas sustancias que te hacen sentir de mejor humor y con más energía física.

• Alivia presión en articulaciones y músculos.
• Mejora la calidad del sueño.
• Reduce la hinchazón en manos, pies y tobillos.
• Favorece la circulación sanguínea.
• Puedes notar menos ansiedad, tristeza o irritabilidad.

“El masaje prenatal adaptado a cada fase del embarazo es una de las formas más directas y seguras de conseguir alivio físico y emocional en la gestación”, asegura la Asociación Española de Fisioterapia Obstétrica.

Así que, más allá de sentirte bien durante la sesión, los efectos pueden durar días y darte ese respiro que buscas en semanas de mucho cansancio o nerviosismo.

Riesgos y precauciones: lo que nadie te cuenta

No todo en el masaje prenatal es relajación. Hay cosas importantes a tener en cuenta si no quieres sorpresas. Para empezar, durante el primer trimestre se recomienda evitar estos masajes, ya que el cuerpo aún se está adaptando y hay más riesgo de aborto espontáneo. Si tienes antecedentes de complicaciones en embarazos, siempre pregunta primero a tu médico.

• Evita los masajes si tienes presión alta no controlada, trombosis, o sangrados frecuentes.
• No te deben aplicar presión fuerte en piernas o tobillos porque hay riesgo de generar coágulos, especialmente si tienes varices.
• Hay puntos de presión cerca de los tobillos y las muñecas que, según algunas matronas, están vinculados con el inicio del parto.
• Las cremas y aceites perfumados pueden causar alergias: pide siempre productos neutros o probados en tu piel.

En cuanto a la postura, tumbarte bocarriba después del cuarto mes puede reducir el flujo sanguíneo hacia el bebé. La mejor posición es de lado, con almohadas entre las piernas y bajo la barriga. Así el masaje es cómodo y seguro.

Una pista: si notas dolor, mareo, o sangrado durante o después del masaje, avisa de inmediato. La seguridad va primero, y nunca debe sentirse raro o incómodo. El masaje prenatal bien realizado es un plus, pero no un remedio universal. Cuida tu salud y pregunta todo lo que no tengas claro.

Trucos y recomendaciones para una experiencia segura

Para que el masaje prenatal sea útil y no acabe en susto, lo primero es hablar siempre con tu ginecólogo antes de pedir cita. No todos los embarazos son iguales y hay casos donde la recomendación es evitarlo, como cuando tienes riesgo de parto prematuro, sangrados o problemas de placenta.

Siempre elige un especialista certificado en masaje para embarazadas. Si tienes dudas, pide ver el título o busca reseñas de otras futuras mamás. Y cuidado con casas de masajes que solo ofrecen "masaje relajante" sin formación específica.

Algunos trucos para disfrutarlo al máximo:

• Asegúrate de que usen aceites hipoalergénicos y sin fragancias fuertes (la nariz se vuelve experta en detectar olores y muchos pueden marearte o darte náuseas).
• Nada de presiones en tobillos ni puntos de acupuntura peligrosos como el espacio entre dedo pulgar e índice.
• El sitio ideal es acostada de lado con almohadas entre piernas, jamás completamente boca arriba a partir del segundo trimestre para evitar problemas de circulación.
• Pide ir al baño antes de empezar para no cortarlo a la mitad. Todo detalle cuenta cuando la vejiga coopera poco.
• Si te mareas, te da calor o cualquier sensación rara, dilo enseguida. Más vale preguntar dos veces que quedarte con la duda.

Es útil saber que no hay un número "ideal" de sesiones, pero la mayoría de expertas en maternidad sugieren una vez cada dos o tres semanas si todo va bien y aumentarlas según las molestias.

Y si tienes dudas después del masaje, por ejemplo, sobre dolor localizado o moretones, llama siempre a tu médico. No todo es normal, aunque las redes digan lo contrario.